Yo,
yo la primera,
que
me oculto detrás de los visillos
y
vuelvo la cabeza;
la
giro a ciento ochenta grados y sonrío.
Yo,
que invento
y
hablo de bellas mariposas
que
vuelan felices.
Yo,
yo la primera
que
olvido a las mariposas pegadas
de
los libros, a las atrapadas,
a las
mutiladas.
Yo,
que maquillo mis labios de carmín
y me
doy color en las mejillas,
yo,
yo la primera
que
no me pongo roja de vergüenza
cuando
callo cobardes injusticias.
Yo ,
que pinto ángeles hipócritas
que
se visten de azul y de corbata.
Yo,
yo la primera
que
conozco el idioma y sus vocablos
y pienso,
que entre hambre y hombre,
sólo
hay una letra.
Yo, que cierro
los ojos a las complicaciones,
para
abrirlos más tarde a la noche oscura
jalonada
de estrellas de papel,
y de
esa luna hermosa,
que
pase lo que pase, siempre sigue igual ,
tan
tranquila, que duele hasta mirarla.
Yo,
yo la primera.
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