sábado, 26 de julio de 2014

LOS MONTES DE MI TIERRA



Los montes de mi tierra
tienen el manto verde;
Si no lo tuvieran,
serían tierra desnuda, descarnada,
pero tienen el manto verde
de lluvias ancestrales
y debajo, esconden secretos,
papiros de historia.

Son montes de dioses y aquelarres.
Los montes de mi tierra ven el mar,
lo guardan como centinelas,
celosos de sus espumas.

Desde el balcón de mis montes
me confundo con las brumas;
Al anochecer, sus cimas tienen sombreros
de nubes negras, como boinas olvidadas en la cumbre.
Yo no puedo tocar las nubes,
si pudiera, haría llover fragmentos de amor,
ejemplos de misericordia;

Los montes de mi tierra
tienen el manto verde.
Dicen que es el color de la esperanza.
El manto toca el suelo,
así que la esperanza también toca el suelo
y  se hace hiedra
y trepa hasta el corazón de los hombres.

Son grandes y cercanos,
como los hombres buenos;
Por eso, ellos, nunca están solos.
Cuando el viento toca el txistu,
silban canciones de lamias.

Mis bellos montes
son el echarpe de la luna coqueta.

Nobles y húmedos como los besos,
como el parto de una mujer,
o el sudor de la frente.

Si no fuera así, les juzgaría Mari,
con el dedo rojo, de la vergüenza.


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