jueves, 24 de julio de 2014

SIN PALABRAS.

SIN PALABRAS.


Sin palabras o acaso sólo una,
me contó ella.
Una sola palabra marca un ritmo
en el volcán acalorado de tu pecho.
Hoy que he descubierto lo que significa
lo que puede suponer una sola palabra
mi alma relajada descansa
sobre nubes impasibles.
Sólo aspiro a esto, me dijo,
a esta lógica inmensa
donde todo ha tomado de repente otro significado.

Ya no ando de puntillas
queriendo alcanzar el firmamento,
ni me importa que me vean
preñada de borrones,
motas, lunares, sinos, sombras,
extravagancias y asimetrías.

Lo que ayer fue guerra hoy es paz,
donde hubo sonido hay silencio,
donde hubo duda perspicacia
y donde hubo amorío una sonrisa

Porque una sola palabra ha marcado el ritmo
de una nueva estética moral de la existencia,
de un nuevo concepto
y pienso que el cielo tiene que ser eso,
una meta, una sabiduría,
una preparación inducida por Dios
en la que nos vamos adentrando poco a poco
como en un dorado libro de filosofía.

Así me lo dijo y así lo entendí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario