sábado, 26 de julio de 2014

DILE QUE NO.



Tú, que por ser mujer
ya eres entraña de la historia,
y musa de los tiempos;
si un día cualquiera, como tantos días,
a ti mujer, como a tantas mujeres,
alguien te dice con la voz imperiosa,
que eres sólo tú su clavel,
la flor presa a su solapa,
mírale a los ojos y ¡Dile que no!

No vaya ser que el osado que se atreva,
quiera libar el zumo de tus hojas.
Dile, que tienes orgías de
dioses guerreros alentando tu cuerpo,
moviendo el brazo que se alza
al son del dulce baile,
elevando las caderas
que galopan al viento,
apremiando la idea,
acechando el momento
de ganar tu batalla de mujer,
libre y segura.

Dile, que no quiera,
ni por tan sólo un segundo,
cortar tu tallo verde
para tenerte cautiva,
como triste planta que no mira el cielo,
¡Dile que no!
que tú, tienes noches sin puertas
y lunas que te cobijan
y faldas que vuelan felices
a la llamada de un beso enamorado.
¡Díselo!


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