Se
fue y no pasó nada,
si
no se hubiera ido estaría aquí
hablándome
de Pink Floyd
y
de sus primeros amores,
del rostro enfadado de su
padre cuando era niña;
me contaría cosas…
Au revoir le dije un día y se marchó,
Pero volvió, a veces vuelve y
se va,
no sabe francés,
pero reconoce el sonido del
silencio
y tiene oído para muchas más
cosas.
Mi amiga va y viene, como las
olas,
y eso es por que tiene un mar
en sus ojos.
Si no lo tuviera serían
azules e inofensivos
como los patucos de un recién
nacido,
o tranquilos como los de mi
padre.
Sus aguas saladas, se
esparcen por mis hombros,
mi sofá, mis manos, mi
rostro,
forman un gran charco sobre
mis pies,
y es que ella llora mucho,
sus ojos son como puentes
miopes que lloran ríos
Mi amiga Antonia tiene la
cara triste,
no sabe deshojar las
margaritas,
y ahora come palomitas en el
cine.
¿Se puede uno comer a sí
mismo?
A veces sí.
Si no lo hiciera, mi amiga volaría
piando en francés.
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