Voy a estar como siempre solícita a tu lado,
mis manos de espuma acariciando tus olas
y en el beso sagrado
de tus labios dormidos
los míos serán aves que regresan al nido.
Verás como de pronto, tus ideas se aclaran;
farolas encendidas lucirán en tu mente.
Te arrancarán sonrisas, te arrancarán abrazos
y allí estaré yo, dormida como siempre.
Aquí descansa ahora dirán los más queridos;
aquí yacen sus versos, papeles, qué más da.
Se marchó como vino, por las aguas saladas
en un día cualquiera, viajando por el mar.
Por el mar de la vida, por ese océano inmenso,
de mujer nada más;
donde rompen las aguas que nos traen a la orilla
y llega hasta los
ojos por aquel que se va.
Dormida como antes,
en un reposo eterno
volaré hasta tu
rostro, yo, paloma invisible
y tendrás junto a ti un aroma de azahar
y un brisa de otoño soplará tus pestañas
y creerás que me fui
para no regresar.
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